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Nuevamente Fernando Flores y su grupo “Florista”, nos ha sorprendido con su “Chile Primero”. Al igual que en Abril del 2004 cuando con bombos y platillos creo “AtinaChile”, y causo una “Transversabilidad en las conversaciones”, hoy Flores inaugura “Chile Primero”, movimiento político-ciudadano cuya dirección esta por verse, pues como el mismo Flores señala “No sabemos lo que es todavía, no podemos carrilearnos a que vamos a montar un partido político”
En cierto sentido, Chile primero, es como la venganza de los nerd del PPD y también la venganza de los nuevos nerd. En síntesis Chile Primero es un símil, muy símil a AtinaChile. Sus integrantes son personas, que si bien tienen una tendencia política, odian la “correlación” de fuerzas y pitutos que existe en ellos, con lo que buscan espacio propio y agenda propia, pero dentro del mismo espacio político tradicional. Lo cual lleva que aunque se digan apolíticos, son igual políticos de tomo y lomo.
El principal escollo tanto de Chile primero, como de AtinaChile, es su dirección y el “felling” con la gente. Muchos se han dado cuenta en AtinaChile, que si bien es un espacio “democrático”, igual están presente la presión político-partidista, el juego del teje-maneje, lo cual pesa a la hora de gestionar nuevos caminos y nuevas ideas. Y eso es lo preocupante, pues comenzamos a crear Nuevos referentes “con elásticos”, donde la separación del metro cuadrado político es mínima, y eso nos lleva a que los nuevos referentes, sean mirado en un principio con entusiasmo y alegría, terminamos luego mirándolos recelosamente, producto de sus propios participantes, pues son tan reacios a innovar e ir mas allá que terminan muertos en su propia tumba. El ejemplo es claro, a más de tres años de creado AtinaChile, Flores sigue con su “hay que cambiar las conversaciones”.
Chile Primero es una buena prueba de laboratorio, para tantear el terreno político de cara a algunos años más. En el Mostrador, un analista político arguyo que “con la crisis del PPD, esta por caer el Binominalismo”. Lo cual puede ser cierto y puede constituir la punta del iceberg en el desmoronamiento político chileno. La gran pregunta que nos queda es, ¿Qué camino tomara la Alianza después de todo esto?. Pues tiene dos vías, O sigue con el tradicional modelo político, aquella disociación entre el establishment y la ciudadania, lo cual nos lleva a ser un pais como el que estamos ahora, mas rico pero a la vez mas pobre, y con nula participación ciudadana. O cambia, se innova, se renueva y permite la participación de todos los sectores, y recrea una refrescante “Nueva Concertación”. Pero para esto es necesario, muy necesario permitir nuevas opiniones, nuevos proyectos, nuevas vias de escape, pero por sobre todo dejar de encerrarse en grupúsculos de hierro.